Es un método de crecimiento personal.
Es un entrenamiento para el uso eficaz y saludable de uno mismo.
Previene o alivia estados asociados a tensiones indebidas y malas posturas como dolores de espalda, dificultades respiratorias, inseguridad, ansiedad y estrés.
Tiene en cuenta la conexión de todas las partes del cuerpo y analiza los excesos o faltas de tensión muscular.
Procura el mínimo esfuerzo en la realización de cualquier actividad, el funcionamiento libre de las articulaciones y la optimización de la percepción sensorial.
Considera que cuerpo y mente forman una unidad. Disposición física y mental se afectan mutuamente.
Puede mejorar el rendimiento en actividades físicas, así como la coordinación, la atención, el equilibrio y la vida sexual.
A quien necesita ser más eficiente en su trabajo.
A quien tiene problemas físicos a causa de sus malos hábitos posturales.
A personas que por su actividad suelen sufrir dolor de espalda o pérdida de la voz.
A músicos, cantantes, actores, bailarines y demás profesionales de las artes escénicas, como método para ganar en seguridad y presencia en el escenario, dotar los movimientos de más libertad y armonía, desbloquear la voz y prevenir lesiones.
A deportistas, para aprender a canalizar mejor el esfuerzo y encontrar vías para superar sus limitaciones.
A quienes quieren mejorar su imagen.
A cualquiera que desee sentirse más libre en su cuerpo y disfrutar lo más posible de la vida.
A empresas que quieren reducir las bajas laborales por trastornos musculoesqueléticos.
Personas famosas que han estudiado Técnica Alexander:
Los escritores Aldous Huxley, Robertson Davies y Roald Dahl, el dramaturgo George Bernard Shaw, los actores Judi Dench, Hilary Swank, Sir Ben Kingsley, Michael Caine, Jeremy Irons, Suzanna Hamilton, John Cleese, Kevin Kline, William Hurt, Jamie Lee Curtis, Paul Newman, Mary Steenburgen, Robin Williams y Patti Lupone, los músicos Paul McCartney, Madonna, Yehudi Menuhin y Sting, y el Premio Nobel de medicina y fisiología Nikolaas Tinbergen. (Fuente: Wikipedia)
En las clases, con las manos y con instrucciones verbales, el profesor guía al alumno en el cambio de sus patrones de uso de su organismo.
Como nuestros sentidos se han acostumbrado a nuestros hábitos, es fácil que percibamos como correcto lo que nos es perjudicial, por lo que es casi imposible que los cambiemos sin un profesor que nos ayude a averiguar qué estamos haciendo realmente con nosotros mismos. Por esa misma razón, no hay “ejercicios” que pueda hacer uno solo mientras el sistema sensorial no haya sido reeducado.
Los cursillos para grupos son de introducción y en ellos se avanza en la comprensión general de los principios de la Técnica, en la evaluación de la propia percepción sensorial y en la toma de conciencia de los hábitos, lo que es imprescindible para la reeducación, pero el verdadero trabajo de desarrollo personal requiere atención individual.
Se empieza trabajando con movimientos y posiciones sencillas –como sentarse y levantarse de una silla, caminar, doblar brazos o piernas–, que son básicos para toda actividad. No se utilizan aparatos especiales. A través de la experiencia y la observación, se aprende cómo funciona la coordinación, dónde se crea tensión y cómo se puede prevenir o relajar. Con el tiempo y la práctica, se puede utilizar esta habilidad para tareas más complejas y todo tipo de situaciones de la vida diaria.
La duración de una clase suele ser de 30 a 45 minutos. Al principio es deseable concentrar el número de clases –por ejemplo, diez el primer mes– y luego se pueden ir espaciando hasta llegar a un nivel de mantenimiento.
Se recomienda un mínimo de 20 a 30 clases para poder adquirir un control efectivo sobre el cuerpo, pero esto, por supuesto, depende de cada persona y del grado de control que se quiera conseguir.
Lo mejor que he sacado de las clases de TA es que lograron que dejara de sufrir tensión muscular en la zona de hombros y cuello, porque me han hecho mucho más consciente de cuando empiezo a provocarla y me han enseñado cómo evitarla. (Patricia Gosalbez, comunicación)
Per a mi, la classe amb l'Eduard es converteix en un moment on connecto amb la meva presència i tinc una comunicació amb el meu cos, és una meditació en moviment, un descobrir com està el cos.... aquesta técnica és genial i la sento necessària per la meva salut física i emocional. (Adolf, terapeuta)
I initially turned to the Alexander technique for lower back problems that prevented me from working out, sitting down, or doing much of anything. Not only has the technique helped tremendously with these pains and aches, but during my lessons with Eduardo I discovered a wide range of subconscious habits that interfered with everything from my breathing to the way I work. With the help of Eduardo I have been able to identify these habits and to overcome them. Eduardo is a gifted teacher, and his patience and kindness make him very pleasant to work with. (Peter van de Ven, researcher)
Entré en contacto con la Técnica Alexander porque sufría un dolor de cuello y hombro izquierdo, y apenas podía girar la cabeza para ese lado, resistente a los tratamientos habituales analgésicos, fisio, etc. El profesor me enseñó a relajar la tensión del cuello que interfería en la posición natural de cuello y cabeza en relación con el torso y que se retroalimentaba: dolor-tensión-más dolor-más tensión... Una vez solucionado este problema, sigo recibiendo clases de Técnica Alexander con la pretensión de detectar las tensiones que por diversas causas impongo inconscientemente a mis estructuras corporales y de recuperar el movimiento ligero, fácil y gracioso que creo que recibimos al nacer. (Pilar)
A les classes de tècnica Alexander amb l'Eduard he agafat consciència de que de vegades és tan important el que fem com el que deixem de fer. De la seva ma he aprés a tensionar menys i a escoltar més el que em diu el cos. A cada sessió vaig reaprenent a utilitzar millor el cos, al mateix temps que els mals d'esquena desapareixen del meu dia a dia. (Alícia Verdú, enginyera)
Desde que tuve conocimiento de esta técnica he estado con varios profesores y, para mí, Eduardo destaca por su profesionalidad, disposición y trato y, sobre todo, por los resultados, que hacen que te sientas en las mejores manos. (Miner, actor)
Muy interesante la Técnica Alexander para mejorar la postura y tomar conciencia de tu cuerpo. (Luca)
Frederick Matthias Alexander nació en Tasmania en 1869 e inició su carrera como actor en Sydney. Problemas graves con su voz le impulsaron a investigar y desarrollar un método para mejorar el uso de su propio cuerpo que no sólo le devolvió la voz sino que demostró tener un alcance mucho mayor. Comenzó a enseñar su técnica en Australia y luego se trasladó a Londres, donde fundó una escuela y publicó varios libros.
Estas son algunas de sus observaciones:
Todo se traduce, ya sea físico, mental o espiritual, en tensión muscular.
No puede hacer algo que no sabe si sigue haciendo lo que sabe.
Todo el mundo quiere hacer las cosas bien, pero nadie se para a considerar si su idea de bien está bien.
Las cosas que no existen son las más difíciles de quitarse de encima.
No venga a mí a menos que, cuando le diga que está equivocado, vaya a sonreír y a estar contento.